25 marzo, 2008

Sacando a pasear a tu gato

Es una idea que viene hace ya dias rondandome la cabeza, ya le he puesto la primera vacuna para la leucemia-felina, y lo estoy acostumbrando al arnés...para todos aquellos que tengan un gato, y no se resignan a la idea de que solo se puede sacar a pasear a los perros, aqui os dejo este artículo para vuestro disfrute!!

Extraido de: http://www.enplenitud.com

Son muchas las personas que pueden haberle dicho que sacar a su gatito al aire libre, puede llevarlo a contagiarse de parásitos, pulgas, u otras infecciones, pero que, además, hará que se acostumbre, se torne más exigente y se siente frecuentemente frente a la puerta a maullar de forma incesante, para lograr que lo saquen.

Todos estos riegos son bien ciertos, pero no menos lo es el hecho de dejarlos encerrados los siete días de la semana, donde se correrá el peligro de que el gatito se aburra de tal modo que lo lleve a un grado de estrés que podría ser causa de varios problemas, como la conducta destructiva y problemas físicos y psicológicos. Simplemente, sería necesario ponerse en su lugar y entender cuán encerrado se pueden sentir al estar todo el día metidos en un hogar, pues de hecho nada se puede comparar con el entusiasmo de salir al aire libre.

Por supuesto, permitir que un gatito vague por el exterior libremente también sería bastante irresponsable, puesto que cualquier animal que no sea supervisado seguramente encarará peligros muy reales y severos, como el tráfico automovilístico, los vecinos insensibles, las enfermedades, y el acecho de depredadores.


La ayuda de una correa


En este sentido, una correa le puede dar una nueva dimensión a las salidas, tanto para los dueños, que podrán controlarlos mejor, como a los mismos gatos, que esperarán sus excursiones sólo en algunos momentos (especialmente cuando vean estas correas) tal como sucede con los perros. De hecho, si se los saca aproximadamente en el mismo momento cada día, el gatito aprenderá que este es el único lapso en el que puede salir, y sabrá que no tiene sentido molestarlo en otras oportunidades.


Si bien es cierto que siempre es más fácil introducir nuevas costumbres a los gatos cuando son pequeños, ya que no tienen casi ningún hábito previamente incorporado, también los gatos adultos pueden ser entrenados para aceptar ser llevados mediante una correa, con un poco de paciencia, persistencia, y sensibilidad.

Para ello, cada pequeño progreso se debe recompensar con gestos de elogio y premios de alimento, y en ningún momento el gato debe ser castigado ni regañado. Pero para que tenga una mayor certeza de cómo hacerlo, le hemos preparado este breve resumen de los pasos necesarios para entrenar a su gato a usar una correa.


Logrando que el gato se adapte a la correa

En primer lugar, deberá comprar una correa con un arnés diseñado para tirar del pecho, no de la garganta. Estos arneses son preferibles a los de cuello porque, si se adaptan y usan apropiadamente, existirán menos oportunidades que el gatito se salga de los mismos. De todas formas, se debe ser capaz de meter y sacar sin mayores problemas dos dedos entre el arnés y el pecho del gato. Por su parte, la correa debe ser liviana y separable, y tener un gancho que cierre bien.

Luego, debería dejar un tiempo para que su gato se acostumbre a los arneses y la correa, dejándolo por ejemplo cerca del lugar favorito que usa para dormir, por unos pocos días. Asimismo, después de colocar el arnés al gato, prepárele su comida favorita, alabándolo enfáticamente. Después que termine de comer, permita que camine alrededor durante un rato. Distráigalo con juguetes si parece infeliz con el arnés ya puesto. Después que visiblemente se haya relajado, le podrá quitar los arneses.

Para cuando ya este medianamente acostumbrado al arnés, será hora de conectar la correa a los mismos. No trate de sacar al gatito en este momento, sino, simplemente, permítale vagar por donde quiera, arrastrando la correa detrás de él, pero estando atento para el caso de que la correa se enganche con algo.

La mayoría de los gatos no tienen mayores problemas con la correa, pero si el suyo comienza a agitarse, utilice la "táctica del alimento gratificante", tal como se señaló antes. Incentive al gatito a caminar, y, cuando lo haga, llénelo de elogios. Mantenga éstas sesiones de entrenamiento diarias durante períodos de tiempo cortos y siempre con un actitud positiva.

Una vez que su gato se mueva con tranquilidad junto con los arneses y la correa, será tiempo de recoger la correa y caminar alrededor de la casa, detrás de él, pero manteniendo la correa bien floja. En este punto, todavía no será bueno restringir el movimiento de gato, para permitirle acostumbrarse a tener la correa puesta. Practique esto por unos pocos días.

Luego de completados estos pasos, será tiempo de enseñar a su gato a ir a donde usted quiere (pero todavía dentro de la casa). Para ello, utilice una voz dulce y complaciente, e incentívelo a que lo siga. No espere que él gato camine y se mueva como un perro. Simplemente, déjelo caminar de lado a lado sin que necesariamente siga sus pasos. Cuándo el gato sienta resistencia, él caminará en su dirección, o se acostará. La paciencia y la persuasión son claves en todo esto, por lo que nunca se los debe tirar ni darles un tirón o llevarlos a la fuerza. Recuerde, una sola mala experiencia puede llevar a que su gato rechace la correa por mucho tiempo.

Una vez que el gatito ande cómodamente con la correa puesta, ya será tiempo de llevarlo al aire libre. Lo ideal sería, simplemente, sentarse en la entrada durante las primeras salidas, permitiendo que el gato llegue a acostumbrarse a las nuevas imágenes y sonidos que experimentará en su nuevo, y algo atemorizante, mundo.

Para el momento en que el gatito se haya adaptado a este nuevo ambiente, lo que se podrá ver por el hecho de que dejará de mover la cola, y mostrará interés por explorar el espacio exterior, se deberá tratar de encontrar una ubicación calma, que presente los menores elementos atemorizantes que sea posible, para así seguir el mismo procedimiento utilizado dentro de la casa para acostumbrar el gatito a caminar con la correa puesta, esta vez en el exterior.

Ahora sí, su amigo felino podrá serle de compañía para las caminatas por el vecindario, e incluso las salidas rápidas a hacer las compras. Pero lo mejor de todo, será que los viajes lejos de casa, serán mucho más fáciles de realizar para usted, y más divertidos y mucho menos traumáticos para su gato.